martes, 27 de enero de 2009

La Entrevista: Dr. Pedro Cruz


1. ¿Cómo se dio su incursión en la fundación?
R: Hace 4 años, estaba dando un curso sobre tanatología (aspectos del duelo o dolor que viene con alguna pérdida importante) y ahí se encontraban como auditorio unas personas de Castro-Limón. Al concluir, se aproximaron a mí para pedirme que les diera una plática de manera altruista. Accedí con gusto y así empezó la relación. Me siguieron invitando evento tras evento y año tras año. En una ocasión, fui considerado en un panel de especialistas en un magno evento nacional sobre cáncer infantil que la fundación organizó. Inclusive me pidieron que organizara una dinámica de integración para los consejeros.

2. ¿Cuál ha sido el reto más grande bajo su dirección?
R: Sin dudar le comento que han sido dos retos: Principalmente, la supervivencia de los pequeños con cáncer. Este tema es mi reto personal. Esos niños y niñas tienen derecho a la calidad y a la esperanza de vida. En segundo lugar, fue mi adaptación personal ante este tipo de misión de vida. Mi experiencia laboral previa, había sido muy diferente. Yo diría que de 180 grados. Adaptarme a este nuevo entorno, a este nuevo equipo de trabajo y a esta nueva misión.

3. ¿Cuál es el logro más importante bajo su dirección?
R: Yo creo que la conjunción y concreción de varias metas importantes y que desde luego comparto con el excelente equipo de colaboradores con que cuento: Primero la fundación incrementó el alcance de la certificación ISO 9001-2000 al incorporar el Tratamiento Integral Oncológico Pediátrico; después la certificación de nuestro Centro Oncológico Pediátrico (COP), para el seguro popular (somos la única organización civil que cuenta con él); también la creación de CASTRO-LIMON AMERICA, una fundación hermana en los EUA, que abarcará el mercado anglosajón para seguir atendiendo niños en nuestro COP; el haber logrado que nuestra fundación fuera invitada en magnos eventos en las ciudades de México, Monterrey y Guadalajara lo que manifiesta nuestro crecimiento y proyección y finalmente contar con finanzas sanas y una alta transparencia.

4. ¿Cuál ha sido el momento emocionalmente más fuerte bajo su dirección?
R: han sido dos: primero la muerte de una pequeña de apenas 4 años cuando yo tenía poco tiempo de haber entrado, Gaby, una pequeña de 4 años de una familia extremadamente humilde que venían desde Camalú a sus tratamientos. Me impactó bastante. El segundo fue cuando otro paciente de Tecate, se levantó literalmente de estar a punto de morir y comentó que entre sus sueños vio a Dios y que éste le indicó “que aún no le tocaba y que se regresara”.

5. ¿Cuál es el futuro de la fundación?
R: Seguir ofreciendo tratamientos integrales de alta calidad a los pequeños y sus familias, lograr un impacto nacional en la supervivencia al cáncer infantil, hacer investigación sobre ese padecimiento y crear una especialidad de oncología pediátrica.

6. ¿Qué personajes lo inspiran?
R: Dios, El Dalai Lama y sobre todo la gente de buena voluntad, la altruista que hace el bien sin esperar nada a cambio, afortunadamente he tenido la dicha de conocer a muchas de este tipo con nuestro programa de ADOPTA A UN NIÑO principalmente. Hay una frase de San Agustín que incluyo en mis cartas y que me gusta mucho: “Da de lo que tienes para que merezcas recibir lo que te hace falta”

7. En base a su experiencia y sensibilidad bajo la dirección de la fundación ¿Qué le diría a un padre de familia que tenga un hijo padeciendo cáncer?
R: Primero que nadie absolutamente nadie comprende cabalmente su dolor tanto como él o ella mismos. Los demás solo lo inferimos. Eso hemos de aprender a respetar. Después le diría que de cada 10 niños con cáncer, 7 tienen oportunidad de sobrevivir siempre y cuando haya un diagnóstico oportuno y un tratamiento integral adecuado (tal y como lo hacemos en el COP) y que no pierdan su fe por ningún motivo. La fe mueve montañas y Dios dijo “ayúdate que yo te ayudaré”, finalmente, que no dude en venir con nosotros. En mi oficina he recibido muchos padres de familia en diferentes estados emocionales: Algunos llorando de angustia al saber la noticia que su hijo tiene cáncer, otros con un profundo agradecimiento porque su hijo ha empezado ya el camino de la sanación y otros mostrando una bella gratitud aún con la muerte de su hijo. Los escenarios con distintos, pero yo, como padre de familia, estoy seguro que no hay dolor más grande que el de un hijo sufriendo, así que a esos padres les comparto mi energía y mis oraciones.

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